jueves, 13 de septiembre de 2012

Sporchigristas

Tras un comienzo dubitativo y preocupante, en los dos últimos partidos en el Molinón se han destapado los sporchigristas en su máxima expresión, esa gente que va al fútbol más a pitar que otra cosa y a bailar al son de lo que dicte el marcador o sus filias y fobias personales. La primera entrega de los desmanes de esta gente se da el sábado pasado. El Sporting juega un partido regulero, con una defensa mejorable y tramos de buen juego y de intentonas varias. Los últimos 5 minutos de partido son un acoso y derribo a la portería del Lugo, con buenas intervenciones de su portero y jugadas que apunto están de acabar en gol. El Molinón anima a muerte en busca del gol que está cerca de llegar; cuando el partido acaba empieza la sesión de viento, sesión de viento que a buen seguro no está nada influenciada por el resultado y si el Sporting hubiese conseguido hacer gol también se hubiese pitado (esto último es obviamente ironía). No solo se pitó al final del partido, hubo silbidos varios durante el encuentro, y se silbó a De Las Cuevas nada más salir este al campo en una impresionante demostración de paletismo de barra de bar. Que sí, que el alicantino no está en su mejor momento, pero seguro que ver como se le silba a su entrada al campo y en el primer balón que toca le da muchos ánimos para encarar a los rivales. Seguro.

Ayer vuelve la copa a Gijón. Se oyen algunos timidos silbidos en las ocasiones visitantes en la primera parte. El Sporting hace un primer tiempo ligeramente superior al del Lugo pero se va al descanso con 2 goles de renta. El Sporchigrismo reinante empieza a aplaudir a los suyos en otra demostriación de paletismo sin límites: si el resultado hubiese sido 0-0 con el mismo juego hubiesen llovido los improperios. La segunda parte fue soporífera con el Sporting buscando controlar el partido ante un equipo bastante limitado, pero dio igual. Ganamos, y eso es únicamente lo que importa. Se oyeron algunos tímidos silbidos a Sangoy aunque predominaron obviamente los aplausos a un jugador que cerca estuvo de marcar un golazo de falta directa (luego falló una más fácil, pero su partido fue bueno). Al final del partido se estalló en aplausos en una demostración de ventajismo sin límites. Absolutamente demencial.

Hay otra cosa realmente impresionante, que es los silbidos tímidos que se oyen cada vez que algún jugador retrasaba el balón para Pichu Cuellar. Luego querremos jugar como el Barcelona, claro que sí. Aunque quizás lo más patético de todo es que aún se sigue oyendo cierto runrun cuando Oscar Trejo, el mejor jugador que ha pasado por el Sporting en los últimos años (tiene solo 24 años, recordémoslo), coge el balón. El argentino regatea, pasa, roba, presiona, corre y remata. Si, le suele sobrar un último regate, (ayer quizás le sobró cuando hizo una jugada digna de Lionel Messi) pero su talento es ilimitado. Haríamos bien en saber valorar a este jugador. Con tanto chigrero oportunista en la grada es dificil.