sábado, 3 de noviembre de 2012

El fundamento sporchigrista

Ahora que la calma ha llegado a Gijón con Sandoval, podemos despreocuparnos con nuestro querido Sporting y pasar a otros menesteres. Es de sobra conocido por el público del sabio Molinón el perfil del sporchigrista. Digamos que es el equivalente gijonés al pipero madridista (caricarutizado en @pipaenfurecida , de lo mejor del tuister) o al aficionado medio de Mestalla. En todas partes cuecen habas, nos tememos, aunque los representantes más paleros y bocachanclas de cada afición española probablemente tengan su target definido dependiendo del equipo o la ciudad. Edad, sexo o condición social no son importantes, el sporchigrismo se expande como la plaga. Así que aquí van las características más evidentes de los ínclitos, no todos son iguales obviamente, pero un sporchigrista de verdad cumplirá un amplio número de los requisitos aquí expuestos:


  1. No tienen ni puta idea de fútbol.
  2. Son grandes admiradores del modelo del Barcelona actual: toque de balón, juego vistoso, confianza en la cantera y un entrenador de la casa. Las consecuencias las estamos sufriendo; el sporchigrismo aplaudió en su día con las orejas la contratación de Manolo Murias como técnico del primer equipo, con claras reminiscencias a la contratación de Pep Guardiola como entrenador del Barça (obviando las diferencias entre los dos casos). Las razones de la euforia son claras: Murias es culto, nada alborotador y viene de la casa, del Sporting B. Condiciones todas ellas, que no son ni necesarias ni suficientes para ser un gran entrenador.                                                                    
  3. En clara contradicción con el punto 2, el sporchigrista gusta mucho de las carreras sin beneficio de los pollos sin cabeza como Mendy o Barral, y homenajea a estos jugadores con sonoras ovaciones cada vez que se corren 50 metros para hacer una presión al contrario sin oficio ni beneficio.
  4. Por contra y de nuevo en contradicción con el punto 2, todo jugador que no guste de correr a por balones imposibles o no busque una presión que no parezca que pueda ser beneficiosa será etiquetado sin dilación como "vago" o "gandul". Por supuesto, si el Sporting pierde un partido no dudarán en poner como principal motivo de la derrota la "falta de huevos" de los jugadores.
  5. Pitan a todo lo que se mueve, y si pillan ojeriza a un jugador lo sentencian a la primera. De nuevo y aunque no lo parezca, esto vuelve a ser una contradicción con el punto 2: gusta mucho que se saquen jugadores de la cantera, aunque sean limitados, pero no hay ningún problema en empezar la sinfonía de viento nº5 si el canterano en cuestión comete 3 o 4 cagadas importantes - aunque técnicamente no de para más -. 
  6. En una nueva contradicción respecto al (¿lo adivinan?) punto 2, el sporchigrista medio silba como un descosido cada vez que el equipo decide ceder atrás para el portero para empezar la jugada, o cada vez que pasa 5 pases seguidos sin avanzar lineas. Debe ser que nunca han visto a Victor Valdés empezar el la jugada, o a Piqué y Busquets buscando huecos. Sí, será eso. También aplauden los cambios de juego que llegan a buen puerto, no se sabe en base a que, debe ser que un pase largo de 30 metros es muy bonito.
  7. No dudan en discutir cualquier decisión del entrenador si no es lo que a ellos les gusta: se decía de Preciado que había tenido "mucha potra" pero que no era buen entrenador (jugaba con doble pivote, el maldito bigotes. Suerte que era un motivador y un vendehumo), de Clemente que era un impresentable sin idea de nada (y sin valores) que jugaba al patadón y veremos a ver cuanto tardan en atacar a Sandoval, aunque de momento gusta su futbol de ataque sin cuartel. De Manolo no decían nada, los hideputas eran los jugadores, que le hicieron la cama por ser de la casa.
  8. Los más viejos de todos no han superado el hecho de que actualmente en el Sporting no estén ni Quini ni Ferrero ni Joaquín. Por lo tanto, salvo excepciones (ver punto 3), se cagan en todo cada vez que un jugador falla un pase o erra un gol que ellos consideran fácil.
  9. Son asquerosamente oportunistas y cambiachaquetas. No dudan en desentenderse de todo en cuanto las cosas van mal y esgrimir la bandera del yoyalodije, pero en cuanto se conectan una serie de resultados positivos se apuntan a cualquier bombardeo. En realidad les da igual el juego del equipo porque no tienen ni idea de nada, pero si ganan todos son muy buenos y si pierden, todos son muy malos (otra contradicción con, si , han adivinado, el punto 2).
  10. Quizás sea este el punto en el que más difieren con el aficionado palero del equipo medio: son muy fans de Ultra Boys. Se rien con sus cánticos y no dudan en aplaudir cualquier pancarta de UB (sobre todo si se le echa la culpa a los jugadores). Solo están en desacuerdo con ellos cuando cantan aquello de "Vaya puta mierda de afición" cuando marchan del estadio asqueados ante el "lamentable espectáculo de los gandules estos" en el minuto 80 de partido.
  11. No tienen ni idea de quién es José Fernandez.